Educar: ¿Libertad o imposición?

Educar tiene una meta, y el medio para lograrla se debate entre la libertad o imposición

¿Se han preguntado para qué se educa a las personas? O ¿cuál es el fin de la educación en una sociedad?

Educación: ¿Libertad o imposición?

Maria José Benitez

Alumni Enseña Ecuador

Estudié Ingeniería de alimentos, trabajé en el Laboratorio de Química y MicroBiología. Fui profe de Ciencias Naturales, Química, Biología, Físico-Química.

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Actualmente soy CEO de mi proyecto llamado ConCiencia, y su misión es empoderar a las mujeres en estado de vulnerabilidad. Se imparten talleres de arte y ciencia con metodología STEAM y liderazgo consciente.

Me he cuestionado casi toda mi vida la verdadera razón de ser educado y realmente mis respuestas no han sido tan satisfactorias. La mayor parte del tiempo ha sido por imposición de la sociedad para llegar a tener éxito: una posibilidad material o económica. Existen profesiones mejores pagadas que otras, existe el estereotipo de que una persona sin educación formal no es una persona de éxito; y si no tienes 10 títulos universitarios eres menos capacitado que otros, etc.

¿Nos educamos para transformar la sociedad o la sociedad nos está educando a su beneficio? Cuando quise ingresar a Enseña Ecuador me sentía con toda la fuerza para transformar vidas a partir de la estructura más sensible: el «aula»; pero la lucha fue mucho más que eso, tratar también de educarme a mí en el sentido de aprovechar cada minuto de tiempo para hacer un cambio significativo en la vida de mis estudiantes, de los profesores y de la parte administrativa de los colegios donde trabajé. 

Tuve que plantear una serie de cambios para sentirme más libre…

El primer cambio que hice fue no caer en la misma corrupción de siempre. Evitar que mi nombre sea utilizado para emborrachar la mente de los estudiantes, por creer que no aprobarían por ser muy difícil; y luego competir con las buenas racionalizaciones de un trabajador de bien (seguir todas las normas, obedecer en todo lo que se imponga, no tener razón de poder alzar mi voz en defensa de lo que se piensa).

Así es como formaba mis clases, no solo eran Química y Ciencias Naturales, era una oportunidad para navegar en pro de la libertad de las palabras y las acciones. En este camino no puedo mentir. Caí mil veces en imponer lo que deberían hacer y también caí mil veces en enseñar lo que se me imponía; pero esa fue la razón más libre que tenía, de encontrar la forma de enseñar lo que se me imponía para que los estudiantes sean libres aprendiendo. 

Algunas observaciones…

Para transformar la estructura de la educación nos debemos preguntar qué es lo que queremos en una sociedad: ¿es acaso una que siga los mismos lineamientos desde hace centenares de años?, de los que nos quejamos siempre por no estar de acuerdo; o queremos una en la cual nos sintamos libres de pensar, de creer, para así contribuir una sociedad que trascienda y trabaje en colectivo en pro de generar un cambio positivo.

Les invito a ser parte de la educación libre en la que pongamos nuestras ideas y no tengamos temor de compartirlas. De esta manera conseguiremos más acciones en beneficio de muchos y muchas, y con la ayuda de más personas comprometidas por la misma razón, seguir contagiando y multiplicando cabezas. Considero que ese es el paso para una plena libertad. 

Y tu, ¿Qué piensas?, dejale a María José tu comentario

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